Así era mi Newcastle cuando la compré este verano. Tenía ganas de hacer algo distinto, de no tener la misma que todo el mundo, cambiarle cosas, hacerla diferente. No me atreví a hacerla entera porque estoy empezando en esto, así que busqué una a la que pudiese darle un aire a mi gusto y después de lijarla, repintarla, hacer montañas de tejas y pasarlas canutas para volver a montarla sin que la puerta se abriese y las tejas no se me cayesen, éste es el resultado.
Quedan miles de cosas por hacerle, pero no tengo ninguna prisa y cada día se me van ocurriendo más cosas, así que va para largo, larguísimo.
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